Cómo Hacer Jabones de Avena y Miel (Receta para Piel Seca)
Si estás buscando una receta suave, hidratante y totalmente natural para cuidar tu piel seca, déjame contarte cómo yo misma comencé a hacer jabones artesanales de avena y miel desde casa. Esta combinación no solo huele delicioso, sino que realmente nutre, calma y suaviza la piel. Y lo mejor: no necesitas ser experta para lograrlo.
Te cuento cómo lo hice paso a paso, con ingredientes fáciles de conseguir y sin complicaciones.

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Por qué avena y miel?
La avena es uno de los ingredientes más suaves y calmantes para la piel. Es ideal para pieles sensibles, secas o con irritaciones. Por otro lado, la miel tiene propiedades antibacterianas e hidratantes naturales. Cuando combinas ambos en un jabón, obtienes un limpiador natural que no reseca ni daña la barrera de la piel.
Mi experiencia personal con esta receta
Yo sufría de resequedad constante en las piernas y brazos. Probé cremas, lociones, hasta que decidí probar una receta casera de jabón de avena y miel. Me sorprendió lo rápido que noté la diferencia. Mi piel se sentía más elástica, sin picazón y con un brillo natural, incluso después del baño.
Por eso decidí perfeccionar esta receta, adaptarla a mis necesidades y hoy quiero compartirla contigo.
Ingredientes que usé
- 450g de base de jabón de glicerina (transparente o blanca)
- 3 cucharadas de avena molida
- 2 cucharadas de miel pura
- 1 cucharadita de aceite de almendras (opcional)
- 5-10 gotas de aceite esencial de lavanda (opcional)
- Moldes de silicona
- Recipiente para derretir la base (baño maría o microondas)
Paso a paso para hacer el jabón en casa
- Derrite la base de jabón a baño maría o en el microondas en intervalos de 20 segundos. Remueve bien hasta que esté completamente líquida.
- Añade la miel y el aceite de almendras mientras la base sigue caliente. Mezcla hasta que se integren.
- Agrega la avena molida poco a poco y remueve bien para evitar grumos.
- Si deseas, incorpora unas gotas de aceite esencial de lavanda para un aroma relajante.
- Vierte la mezcla en tus moldes y deja enfriar por al menos 2 horas o hasta que endurezca por completo.
- Desmolda y deja curar al aire por 24 horas antes de usar (aunque puedes usarlo antes si estás ansiosa como yo).
Consejos que aprendí con la práctica
- Usa avena fina o molida para evitar que raye la piel.
- No sobrecalientes la miel, ya que puede perder propiedades.
- Si quieres más hidratación, puedes agregar aceite de coco o manteca de karité.
- Guarda los jabones en un lugar seco y fresco para prolongar su vida útil.
Lo que cambió después de usar este jabón
Mi piel dejó de sentirse tensa después de la ducha. Ya no necesitaba tanta crema corporal. Y además, muchas amigas comenzaron a pedirme uno cuando veían los resultados. Ahí fue donde vi la oportunidad de convertirlo en algo más que un hobby.
Un jabón que también puedes vender
Este tipo de jabón natural, sin fragancias artificiales ni químicos agresivos, tiene mucha demanda en personas con piel delicada. Puedes crear tu propia línea de jabones calmantes y venderlos como productos de cuidado personal o regalos naturales.
No necesitas un laboratorio ni inversión alta. Solo necesitas los ingredientes correctos, pasión y una guía clara.
Una de las cosas que más me gustó de este jabón es que no necesitas usar perfumes artificiales. El aroma suave de la miel y el toque natural de la avena crean una fragancia cálida y relajante. Yo suelo usarlo por las noches y de verdad siento que mi piel descansa.
Me pasó que al principio puse mucha avena sin moler, y el jabón quedó muy áspero. Así que te recomiendo usar avena molida finamente tipo harina, para que el jabón tenga una textura suave pero aún con ese toque exfoliante que tanto ayuda a remover células muertas.
Otra ventaja de este jabón es que es ideal para niños o personas con piel muy sensible, porque no contiene colorantes ni químicos agresivos. Yo lo empecé a regalar a familiares con dermatitis leve, y varios me dijeron que notaron mejoría en pocos días.
Cuando empecé a vender este jabón, me di cuenta de que el nombre del producto también importa. Le puse algo como “Caricia Natural” o “Bálsamo de Avena y Miel” y eso hizo que la gente lo recordara mejor. También agregué una descripción sobre sus beneficios para piel seca en la etiqueta.
Una vez que dominé esta receta, comencé a hacer variantes pequeñas, como agregar aceite de coco o manteca de cacao. Eso me permitió experimentar sin perder la base que funciona. Y también me ayudó a crear una línea más completa con distintos beneficios.
Empezar con una receta como esta me dio seguridad. No necesitaba ingredientes raros ni herramientas complicadas. De hecho, los primeros jabones los hice con moldes de cocina y una olla vieja. Lo importante es comenzar, no tenerlo todo perfecto al inicio.
Yo misma noté que este jabón me ayudó a dejar de usar tanta crema hidratante después de bañarme. La piel me quedaba suave, sin esa sensación de resequedad que tanto odiaba. Y como no tiene fragancias artificiales, no me irrita la piel como otros productos comerciales.
Una cosa curiosa que noté es que a los hombres también les encanta este jabón. Al no tener un aroma fuerte o “femenino”, muchos amigos y clientes comenzaron a usarlo en su rutina diaria. Incluso uno de ellos me pidió varios para llevar a su barbería.
También aprendí a usar papel kraft reciclado para empacar estos jabones, con una cuerda sencilla y una etiqueta impresa en casa. Ese empaque transmite lo natural y artesanal del producto, y me permitió venderlo como regalo sin gastar mucho.
Con el tiempo, este jabón de avena y miel se convirtió en uno de mis favoritos y también en uno de los más vendidos de mi catálogo. Y todo empezó con una idea sencilla y el deseo de cuidar mi piel de forma natural.
No necesitas ser experta ni tener laboratorio. Solo necesitas aprender los pasos, tener pasión por lo natural y dar ese primer paso. Y si yo pude hacerlo desde mi cocina, tú también puedes lograrlo.