Cómo Hacer Jabones con Ingredientes que Ya Tienes en Casa

Cómo Hacer Jabones con Ingredientes que Ya Tienes en Casa
Cómo Hacer Jabones con Ingredientes que Ya Tienes en Casa

Cómo Hacer Jabones con Ingredientes que Ya Tienes en Casa

Cuando empecé en el mundo de los jabones artesanales, pensaba que tenía que gastar mucho dinero en aceites exóticos, moldes especiales y esencias raras. Pero la verdad es que mi primer jabón lo hice con cosas que ya tenía en mi cocina y baño. Y no solo funcionó, sino que fue el inicio de una pasión que hoy también es una fuente de ingresos.

Si estás comenzando y te sientes perdida entre tantos ingredientes raros, este artículo es para ti. Hoy quiero mostrarte cómo hacer tu primer jabón con cosas simples que probablemente ya tienes en casa, sin complicarte y sin gastar.

1. El aceite de cocina es tu mejor aliado

Uno de los ingredientes principales para hacer jabón es el aceite. Y no necesitas empezar con aceite de coco o manteca de karité. El aceite de oliva o el aceite vegetal que usas para cocinar funciona perfectamente en una receta básica.

Yo usé aceite de oliva virgen extra que tenía en casa y el resultado fue un jabón suave, cremoso y nutritivo para la piel. Eso sí, asegúrate de que el aceite no esté quemado o usado.


2. La glicerina base es una forma segura de empezar

Si no quieres trabajar directamente con sosa cáustica, puedes empezar con una base de glicerina (a veces llamada “jabón base” o “melt and pour”), que puedes encontrar en tiendas de manualidades o incluso en farmacias. Yo encontré una en mi barrio que me costó menos de lo que imaginaba.

Solo necesitas derretirla en el microondas o a baño maría y añadirle tus ingredientes favoritos.

En este curso aprendí a usar la base de glicerina para hacer jabones hermosos, aromáticos y seguros, incluso sin experiencia previa


3. Avena, miel y café: tus ingredientes secretos

Cuando abrí mi alacena me di cuenta de que ya tenía tres ingredientes naturales excelentes para jabones: avena (ideal para piel sensible), miel (hidrata y suaviza), y café molido (exfoliante natural).

Mi primer jabón fue una mezcla de base de glicerina con avena molida y una cucharadita de miel. El aroma suave y la sensación en la piel me sorprendieron.


4. Esencias naturales caseras

No tienes que gastar en aceites esenciales si no puedes aún. Yo herví unas cáscaras de naranja con clavos de olor y usé esa infusión como parte del agua en mi mezcla. También puedes usar bolsitas de té de manzanilla, lavanda o menta para darle aroma suave y natural al jabón.


5. Moldes improvisados (sí, funcionan)

No necesitas moldes caros. Yo usé un recipiente vacío de yogur para mi primer jabón. También sirven moldes de silicona para cupcakes, cajas de leche cortadas o envases de plástico resistente. Solo asegúrate de que puedas desmoldarlo sin romperlo.


6. Colorantes naturales de cocina

¿Quieres jabones con color? No necesitas tintes sintéticos. Yo usé cúrcuma para un tono dorado, cacao puro para marrón, y espinaca licuada para un verde claro. Todo completamente natural y seguro para la piel.


7. Cuchara, cuchillo, espátula: tu kit inicial

Mi primer set de herramientas fue 100% improvisado: una cuchara de madera, una taza medidora y un cuchillo de pan para cortar el jabón. No hace falta que compres nada sofisticado al principio. La clave es tener todo limpio y dedicarlo solo para jabonería.


8. El proceso que seguí (sencillo y sin miedo)

Calenté la base de glicerina, le añadí avena molida, un poco de miel y revolví con calma. Vertí la mezcla en el molde de yogur, esperé unas horas y ¡listo! Mi primer jabón estaba hecho. No era perfecto, pero fue mío. Y me dio confianza para seguir.

Con el curso que tomé, aprendí a perfeccionar el proceso y a transformar estos pequeños pasos en un producto listo para vender


9. ¿Y si no tienes glicerina? Prueba la técnica de reciclaje

Una técnica que usé una vez fue reciclar restos de jabones viejos, rallarlos, derretirlos con un poco de agua caliente y mezclar con ingredientes naturales. No es lo más profesional, pero funciona y te da una idea de cómo es el proceso.


10. Seguridad ante todo

Aunque uses ingredientes naturales, recuerda siempre proteger tus manos, limpiar bien tus utensilios y trabajar con cuidado. Yo uso guantes y un delantal simple, solo por prevención.


11. El siguiente paso: aprender con guía

Si te emocionó la idea de crear jabones con lo que ya tienes, imagina lo que podrías hacer con una buena base de conocimiento, recetas avanzadas y tips para vender. Eso fue lo que me dio este curso: seguridad, motivación y claridad.

Te lo dejo aquí por si decides dar ese paso como yo lo hice


12. Conclusión: empieza con lo que tienes, pero no te detengas ahí

No necesitas invertir mucho para comenzar. Solo necesitas curiosidad, ganas y usar lo que ya tienes. Lo importante es empezar. Y si te enamoras del proceso como yo, vas a querer aprender más, mejorar tus fórmulas, e incluso convertir esta habilidad en algo rentable y hermoso.


Una de las cosas más gratificantes de comenzar con ingredientes caseros fue ver que no necesitaba gastar para empezar a crear. Yo pensaba que esto era un hobby caro, pero me di cuenta de que lo que ya tenía en mi cocina era más que suficiente para aprender lo básico y comenzar a experimentar.


También descubrí que hacer jabones caseros me ayudó a reducir el desperdicio. Aproveché restos de café, cáscaras de frutas, infusiones que no usaba, y hasta jabones viejos. Esta mentalidad de reutilizar me llevó a cuidar más lo que consumo y a valorar cada ingrediente.


Una vez le agregué ralladura de limón a un jabón de avena que estaba preparando. El aroma fue tan fresco y natural que desde ese día comencé a experimentar más con lo que tenía a mano. No necesitas ser experta ni tener un laboratorio para hacer algo bueno. Solo necesitas creatividad.


Uno de mis jabones favoritos lo hice con canela molida y aceite de oliva, ambos de mi despensa. La canela le dio una textura exfoliante suave y un aroma cálido que hasta hoy me encanta. Lo compartí con mi familia y todos me pidieron más.


También he hecho jabones con infusiones de manzanilla y romero, simplemente dejando reposar las hierbas en agua caliente y luego usando esa agua como parte de la mezcla. Estas plantas no solo huelen bien, sino que también tienen propiedades calmantes para la piel.


Si tienes aceite de coco en casa (el que se usa para cocinar), también sirve. Es excelente para crear un jabón más firme y que haga más espuma. Es uno de los aceites más versátiles para jabonería casera.


Otra herramienta casera que me ha sido útil son las batidoras de mano o tenedores grandes, especialmente cuando no quiero usar la licuadora. Me permiten mezclar bien los ingredientes antes de verterlos en el molde.


Y aunque parezca obvio, una cuchara de madera y una olla vieja que ya no uses son suficientes para calentar tus mezclas a baño maría si estás usando base de glicerina o jabón reciclado. No necesitas invertir en utensilios especiales desde el principio.


Y si quieres ir más allá sin perder tiempo ni dinero, este curso me enseñó desde cero cómo hacer jabones con seguridad, belleza y calidad profesional


Cuando empecé a hacer jabones como hobby, nunca pensé que la gente me iba a empezar a pedirlos para regalar. Pero sucedió. Y eso me hizo pensar: si con cosas básicas ya me pedían más, ¿qué podría lograr si me lo tomaba en serio?


De hecho, empecé a vender mis jabones en pequeños kits para cumpleaños o detalles especiales. Empaquetados con papel reciclado, etiquetas hechas a mano y mucho amor. Y sí, todo empezó con los ingredientes de mi alacena.


Lo más lindo de todo este proceso es que me devolvió el control sobre lo que pongo en mi piel, y además me abrió la puerta a un negocio que jamás imaginé. No necesitas ser experta ni tener mucho dinero: solo ganas de aprender y empezar con lo que tienes.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *