Cómo Hacer Jabones con Flores y Hierbas Naturales
Una de las cosas que más disfruto desde que aprendí a hacer jabones artesanales es incorporar flores y hierbas naturales en mis recetas. No solo hacen que el jabón se vea hermoso, también aportan propiedades increíbles para la piel. Si te estás preguntando cómo hacer jabones caseros con flores y plantas que tengas en casa o en tu jardín, te comparto todo lo que aprendí desde que comencé este camino.

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Por qué usar flores y hierbas en tus jabones
Lo primero que me atrajo fue lo visual. Un jabón con pétalos de rosa, lavanda o caléndula se ve tan elegante y delicado que parece un regalo especial. Pero al investigar más, descubrí que las hierbas aportan propiedades reales: calmantes, antisépticas, hidratantes y hasta aromaterapia natural.
Usar ingredientes que vienen directamente de la tierra me conecta con un estilo de vida más consciente y saludable. Ya no dependo de productos industriales que ni siquiera entiendo qué contienen.
Mis flores y hierbas favoritas para jabones
Aquí te comparto las que más uso (y por qué):
- Lavanda seca: ideal para relajar la piel y el sistema nervioso. Huele delicioso.
- Caléndula: perfecta para pieles sensibles o con irritaciones. Muy suave.
- Manzanilla: ayuda a calmar enrojecimientos y tiene un aroma suave.
- Romero: tiene propiedades antisépticas y estimula la circulación.
- Rosas secas: además de ser visualmente hermosas, suavizan la piel.
Cómo preparar las flores antes de usarlas
Uno de los errores que cometí al principio fue usar flores frescas directamente, y se me pudrieron dentro del jabón. Aprendí que siempre deben estar completamente secas. Yo las seco al aire durante varios días o las compro ya listas en tiendas naturistas o herbolarios.
También puedes hacer infusiones con las hierbas y usar esa agua en lugar de la destilada para la mezcla. Esto potencia sus beneficios y hace que el aroma sea más sutil pero natural.
¿Dónde añadir las flores o hierbas en la receta?
Tienes varias opciones según el efecto que quieras:
- Dentro del jabón: mezcla las hierbas secas o trituradas justo al final del proceso, antes de verterlo en los moldes.
- En la superficie: espolvorea pétalos o flores completas encima cuando ya está en el molde. Aporta estética.
- En infusión: reemplaza el agua de la receta con una infusión concentrada.
Personalmente, me gusta combinar las tres formas para lograr jabones que se ven, huelen y se sienten increíbles.
El tipo de base que uso para este tipo de jabones
Yo prefiero el proceso en frío con aceites naturales como oliva, coco, y un poco de manteca de karité. Me da tiempo suficiente para trabajar la mezcla y añadir las flores con calma. Pero también puedes usar bases de glicerina transparente, si prefieres una opción más rápida y quieres que se vean las flores por dentro.
Errores que aprendí a evitar
Te comparto algunos errores que cometí al principio para que tú no los repitas:
- Usar demasiadas flores secas: hace que el jabón se desmorone o pique.
- No moler bien las hierbas: algunas pueden ser demasiado abrasivas si quedan en trozos grandes.
- Exceder el uso de aceites esenciales de plantas: algunos son muy potentes y pueden irritar si no se dosifican bien.
Jabones florales como regalos o para vender
Un buen jabón de lavanda con pétalos en la superficie y un empaque bonito es un regalo espectacular y rentable. He vendido kits de “jabón botánico” en ferias y a través de redes sociales, y siempre tienen buena acogida. La clave está en la presentación y en contar qué planta usaste y por qué.
Cómo conservo los jabones con flores
Después de curarlos bien (mínimo 4 semanas), los guardo en cajas de cartón reciclado en un lugar fresco y seco. Si los empacas con papel vegetal o kraft y los etiquetas con el nombre de la flor que contienen, quedan listos para vender o regalar.
Mi fórmula básica para jabón con flores
Aquí va la receta que más uso como base:
- 300g aceite de oliva
- 150g aceite de coco
- 50g manteca de karité
- 110g agua destilada o infusión de lavanda
- 40g sosa cáustica (ajustada según calculadora)
- 2 cucharaditas de pétalos de lavanda secos
- 15 gotas de aceite esencial de lavanda
Lo mezclo todo con paciencia y vierto en moldes rectangulares. Antes de que solidifique, espolvoreo flores en la superficie y dejo reposar por 24-48h antes de desmoldar.
Conclusión: hacer jabones con flores es simple y poderoso
No necesitas ser experta, ni tener ingredientes caros. Solo necesitas ganas de crear y una guía confiable. Para mí, esta práctica no solo cambió mi piel, también transformó mi rutina, mi forma de regalar y hasta se convirtió en una fuente de ingresos extra.
Otra cosa que descubrí al experimentar con jabones con flores naturales es que el aroma perdura más cuando se usan infusiones en lugar de solo flores secas. Por ejemplo, al preparar una infusión concentrada de manzanilla y usarla como parte del líquido, el jabón terminó oliendo suave pero delicioso por semanas.
Una ventaja de trabajar con hierbas y flores es que puedes recolectarlas tú mismo si tienes un pequeño jardín o macetas en casa. Así comencé yo, cortando lavanda y romero de mis propias plantas. Esto no solo reduce costos, sino que te conecta directamente con la naturaleza.
También me gusta crear lotes temáticos. Por ejemplo, hago una línea de jabones calmantes con lavanda, manzanilla y avena. Otra línea más vigorizante con menta, eucalipto y romero. Darle un concepto a cada serie me ha ayudado a organizar mis recetas y a conectar mejor con quienes los compran.
Cuando decidí empezar a vender mis jabones, me di cuenta de que los que más llamaban la atención eran precisamente los que tenían flores visibles en la superficie. Esos jabones no solo atraen visualmente, también dan sensación de lujo y cuidado artesanal.
Una técnica que aprendí fue infusionar los aceites base, como el de oliva, con flores durante varias semanas. Por ejemplo, colocar pétalos de caléndula en aceite de oliva y dejarlo en un frasco cerrado por 30 días. Luego lo uso como parte de mi fórmula, y el resultado es un jabón más nutritivo y con mejor textura.
Si no sabes cómo calcular las fórmulas o hacer esto de forma segura, este curso fue clave para mí. Me enseñó no solo a mezclar ingredientes, sino a entender qué hace cada uno y cómo aprovecharlos mejor.
Algo importante es elegir bien el momento de añadir las flores a la mezcla. Si las añades cuando el jabón está muy caliente, pueden perder color o liberar humedad. Yo suelo esperar hasta que la traza está más espesa para que no se hundan ni floten mal distribuidas.
También debes tener en cuenta que algunas hierbas pueden cambiar de color con el tiempo. Por ejemplo, la lavanda a veces se vuelve marrón. Para evitarlo, uso flores secas de buena calidad y las añado en poca cantidad.
Una de mis combinaciones favoritas es rosas y arcilla rosa. Además de verse increíble, el jabón queda ideal para pieles sensibles. Agrego aceite esencial de geranio para darle un aroma floral más intenso sin ser abrumador.
Una presentación que ha tenido mucho éxito conmigo es usar papel vegetal transparente para empacar, de modo que las flores del jabón se vean. También uso etiquetas kraft con letra manuscrita para que todo mantenga ese aire artesanal.
Si quieres un jabón exfoliante suave, puedes usar flores molidas. Yo lo hago con pétalos de rosa o caléndula bien secos, los trituro en un molinillo y los incorporo en la mezcla. Así obtengo un jabón que suaviza sin dañar la piel.
Y lo mejor de todo es que cada jabón floral que hago se siente como una creación única. Ningún lote me sale igual, y eso le da una magia especial. Cada flor, cada aroma y cada color se combinan para crear una experiencia distinta… hecha por mí, desde casa, con amor.