Cómo Hacer Jabones para Bebés, Piel Sensible o Alergias

Cómo Hacer Jabones para Bebés, Piel Sensible o Alergias
Cómo Hacer Jabones para Bebés, Piel Sensible o Alergias

Cómo Hacer Jabones para Bebés, Piel Sensible o Alergias

Cuando comencé a hacer jabones caseros, uno de los mayores retos fue crear fórmulas que sirvieran para pieles delicadas como la de los bebés, o para personas con alergias. Yo misma tengo la piel muy reactiva, y no podía usar cualquier producto del supermercado. Por eso, aprendí que hacer jabones naturales, suaves y efectivos desde casa era más que una solución: era un alivio real.

En este artículo te comparto todo lo que he aprendido sobre cómo hacer jabones para piel sensible, alérgicas o de bebés, sin comprometer la suavidad ni la efectividad. Y si tú también quieres aprender paso a paso, al final te dejo el curso que me enseñó todo desde cero.

1. Por qué evitar los jabones comerciales

La mayoría de los jabones del supermercado contienen fragancias artificiales, detergentes fuertes y conservantes que pueden causar enrojecimiento, resequedad o brotes. Incluso aquellos que dicen “para piel sensible” muchas veces tienen sulfatos u otros ingredientes sintéticos que no ayudan en nada.


2. ¿Qué debe tener un jabón para piel sensible?

Con el tiempo, descubrí que los jabones ideales para bebés o personas alérgicas deben contener ingredientes:

  • 100 % naturales y sin fragancias artificiales
  • Con aceites calmantes como el de avena, caléndula o almendra
  • Sin colorantes artificiales ni aceites esenciales fuertes
  • Que respeten el pH natural de la piel

3. Ingredientes que uso y recomiendo

Después de varios ensayos, estos son mis ingredientes favoritos cuando preparo jabones suaves:

  • Aceite de almendra dulce: hidrata y calma
  • Manteca de karité sin refinar: repara y protege
  • Infusión de caléndula: alivia enrojecimientos
  • Avena coloidal: perfecta para piel con eczema o alergias
  • Leche de coco o de avena: aporta suavidad sin irritar

4. Aceites esenciales: sí, pero con cuidado

En pieles muy delicadas o en bebés, menos es más. En muchos casos, prefiero hacer jabones sin aroma, pero si quiero añadir algo muy suave, uso solo unas gotas de lavanda o manzanilla romana, que son seguras en pequeñas cantidades.


5. El proceso: menos es más

Para estos jabones utilizo el método de saponificación en frío, respetando temperaturas bajas y sin agregar ingredientes abrasivos. La clave está en mezclar suavemente, no sobrebatir, y dejar curar mínimo 4 a 6 semanas para asegurar que el jabón esté completamente listo y libre de sosa activa.


6. Recomendaciones importantes

  • Siempre haz una prueba en un área pequeña de la piel antes de usar el jabón completo
  • Si el jabón es para un bebé, evita cualquier aceite esencial
  • Usa moldes limpios, ingredientes frescos y trabaja en un ambiente higiénico

7. Lo que me ayudó a mejorar mis fórmulas

Al principio, cometí muchos errores. Pero todo cambió cuando tomé un curso paso a paso que me enseñó exactamente cómo formular jabones para cada tipo de piel, cómo ajustar las recetas, y cómo presentar mis productos para venderlos con confianza.

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8. ¿Vale la pena vender jabones para piel delicada?

Absolutamente. Muchas personas están buscando soluciones reales para la piel de sus hijos o para ellos mismos, y no encuentran nada confiable. Al ofrecer jabones realmente naturales y suaves, puedes ganar dinero mientras ayudas a otros.


9. Presentación y empaque ideal

Para este tipo de jabones, uso empaques minimalistas, sin perfume, y con etiquetas claras que dicen “sin fragancias, sin colorantes, apto para piel sensible”. Eso genera confianza y hace que los clientes vuelvan a comprar.


10. Mi consejo final

Si tienes dudas, empieza con una pequeña receta. Prueba en tu familia, escucha las reacciones, y poco a poco ve perfeccionando tu fórmula. Hacer jabones para piel sensible no solo es posible, sino que puede ser tu entrada a un negocio con propósito.

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Una de las cosas que más me pedían mis clientas era un jabón que pudieran usar en bebés recién nacidos. Al principio dudé, porque no quería arriesgarme. Pero investigando bien y usando ingredientes sin fragancias ni aceites esenciales, logré una fórmula neutra con leche de avena y aceite de arroz que encantó a muchas madres.


Lo que me ayudó a diferenciarme fue incluir en el empaque una etiqueta con los ingredientes bien claros. Muchas personas con piel sensible tienen miedo de probar cosas nuevas, así que transparencia total = más confianza. También añadí el mensaje: “sin fragancias, sin colorantes, sin sosa activa”.


Otro truco que uso es infusionar los aceites con caléndula y manzanilla seca durante 2 semanas antes de hacer el jabón. Esa maceración natural le aporta propiedades calmantes al aceite sin necesidad de aceites esenciales, que a veces irritan más de lo que ayudan.


Con el tiempo noté que muchos padres buscaban jabones suaves pero también con espuma. Y como algunos ingredientes naturales no hacen mucha espuma, combiné aceite de coco en pequeñas cantidades con avena y manteca de karité. El resultado fue un jabón suave, espumoso y cero agresivo.


Una de las claves es no sobrecalentar la mezcla, especialmente cuando se usan ingredientes como leche o avena. Si sube demasiado la temperatura, el jabón puede cambiar de color o perder propiedades. Lo ideal es mantener todo en un rango bajo y estable.


Otra cosa importante que aprendí es que no se debe añadir miel ni azúcar en jabones para bebés o alérgicos, aunque suene natural. Pueden fermentar o generar calor innecesario. En su lugar, uso glicerina vegetal si quiero más hidratación.


A veces menos es más. He vendido más unidades de un jabón sin aroma, color ni diseño elaborado que de uno perfumado. La razón es simple: muchas personas valoran más la seguridad que lo estético cuando se trata de piel sensible.


Un error que cometí al inicio fue usar aceites esenciales “seguros” sin consultar las concentraciones exactas. Por ejemplo, la lavanda es segura, pero en bebés incluso unas gotas pueden ser demasiado. Por eso ahora prefiero no usar ninguno en jabones para menores de 1 año.


Algo que me dio buen resultado fue crear un set de jabones especiales para piel delicada. Incluí tres piezas pequeñas con diferentes ingredientes: uno con avena, otro con caléndula y otro con aceite de arroz. Fue un éxito, y muchos clientes regresaron a comprar el set completo.

A nivel de ventas, noté que este tipo de productos se vende mejor cuando explicas el porqué de cada ingrediente. Por eso, en cada publicación o empaque incluyo frases como “ideal para dermatitis”, “calma irritaciones” o “suave como la piel de un bebé”.


También me ha funcionado bien hacer alianzas con mamás blogueras o doulas que prueban mis jabones y los recomiendan. Esto me ha traído ventas orgánicas sin pagar publicidad, solo ofreciendo productos reales, seguros y hechos con amor.


Si yo lo logré desde mi cocina, tú también puedes. Pero mi consejo es: no improvises. Aprende la base primero, evita errores peligrosos y haz las cosas bien desde el principio. Yo lo hice gracias a este curso que me dio estructura, claridad y seguridad para emprender:

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