Cómo Hacer Jabones Sin Sosa Cáustica (Fácil y Seguro)

Cómo Hacer Jabones Sin Sosa Cáustica (Fácil y Seguro)
Cómo Hacer Jabones Sin Sosa Cáustica (Fácil y Seguro)

Cómo Hacer Jabones Sin Sosa Cáustica (Fácil y Seguro)

Cuando empecé a interesarme por el mundo de los jabones artesanales, lo primero que me asustó fue la palabra sosa cáustica. Me imaginaba algo peligroso, difícil de manejar, y sentía que no estaba lista. ¿Te ha pasado lo mismo? Pues te entiendo.

Lo bueno es que descubrí que sí se pueden hacer jabones sin sosa cáustica, y aunque hay limitaciones, también hay formas prácticas y seguras de empezar sin miedo. En este post te comparto exactamente cómo lo hice, sin quemaduras, sin químicos agresivos y con resultados hermosos.

Es posible hacer jabón sin sosa? La verdad al respecto

Primero quiero aclarar algo que yo también aprendí: todo jabón real necesita sosa cáustica en algún punto del proceso. Pero si no quieres manipularla directamente, puedes usar una base de jabón ya saponificada (conocida como “glicerina base”). Esa es la alternativa que yo usé para evitar riesgos.

No estás haciendo el jabón desde cero con aceites y lejía, pero sí estás creando una versión personalizada, natural y segura, ideal para comenzar o incluso para vender si lo haces bien.


Lo que usé en mi primer jabón sin sosa

Aquí está la lista de lo que yo utilicé:

  • Base de jabón de glicerina (transparente o blanca)
  • Aceites esenciales (yo usé lavanda)
  • Colorantes naturales (como cúrcuma o arcilla rosa)
  • Moldes de silicona
  • Recipiente para baño María
  • Espátula de silicona

Puedes encontrar todos estos materiales en tiendas de manualidades, Amazon o incluso kits completos. Pero si quieres saber cómo hacer jabones naturales desde cero, sin errores y con posibilidades de negocio, te recomiendo el curso que a mí me dio claridad total:

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Paso a paso para hacer jabón sin sosa (usando base de glicerina)

  1. Corta la base de glicerina en cubitos pequeños.
  2. Derrítelos a fuego lento a baño María (o en microondas por intervalos de 30 segundos).
  3. Una vez líquido, agrega los aceites esenciales (10–20 gotas por cada 100 g).
  4. Añade el colorante natural si deseas personalizarlo.
  5. Mezcla suavemente y viértelo en los moldes.
  6. Deja reposar mínimo 2 horas a temperatura ambiente (o 30 minutos en el refrigerador).
  7. ¡Desmolda y listo! Ya tienes un jabón personalizado, hecho por ti y sin tocar sosa.

Ventajas de usar base de glicerina

  • No necesitas manipular químicos peligrosos
  • Ideal para niños o principiantes
  • Ahorras tiempo y materiales
  • El proceso es rápido (menos de 1 hora)
  • Puedes empezar a experimentar con ingredientes naturales sin complicaciones

Sirve este jabón para vender?

Sí, pero ten en cuenta que muchas personas valoran jabones “desde cero” por su personalización completa. Aun así, si trabajas con buenas bases vegetales, aromas de calidad y un diseño atractivo, puedes vender perfectamente.

En mi caso, empecé con estos jabones sin sosa y cuando vi que había interés, decidí aprender a hacerlos desde cero con aceites naturales y fórmulas equilibradas. No me arrepiento. Fue el siguiente paso para crecer.

Este fue el curso que me dio la seguridad para pasar al siguiente nivel


Consejo final si vas a empezar así

Hazlo. No necesitas esperar a tener todo perfecto ni saber química. Usar una base ya preparada es una forma segura de empezar, entender el proceso, jugar con aromas y colores, y conectar con el mundo artesanal. Y si en algún momento decides ir más allá, te prometo que no es tan difícil como parece… si tienes una guía confiable.

Una de las cosas que más me gustó al hacer mis primeros jabones sin sosa fue la tranquilidad del proceso. No necesitaba usar guantes, mascarilla ni preocuparme por temperaturas exactas. Era literalmente derretir, mezclar y ver cómo mi creación tomaba forma.


Descubrí también que hay muchos tipos de bases de glicerina: algunas son transparentes, otras blancas, y hay versiones con aloe vera, leche de cabra o incluso carbón activado. Todo eso me abrió un mundo de posibilidades para adaptar mis jabones a diferentes tipos de piel.


Algo que aprendí por experiencia es que no todas las bases son iguales. Algunas tienen ingredientes sintéticos que resecan la piel. Por eso, comencé a buscar bases vegetales sin parabenos ni sulfatos, y noté un gran cambio en la calidad de mis jabones.


Si estás pensando en vender, te recomiendo hacer varios diseños y aromas, pero empezando simple. A mí me funcionó mucho combinar lavanda y avena, porque tiene un olor relajante y es ideal para piel sensible. Ese fue el primer jabón que vendí.


Con el tiempo, vi que podía incluso hacer jabones temáticos: para bebés, para exfoliar, para el rostro, etc. Y todo con la misma técnica básica. Lo importante es conocer tu base, cuidar las proporciones y entender para quién estás creando el producto.


Uno de mis errores al principio fue ponerle demasiadas gotas de aceite esencial, pensando que más aroma era mejor. Pero aprendí que eso puede irritar la piel. En el curso que tomé me explicaron la cantidad justa según el peso del jabón. Esa fórmula me salvó de muchos errores.

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También me sirvió tener moldes de silicona pequeños para practicar. Son fáciles de desmoldar y te permiten experimentar sin desperdiciar ingredientes. Con uno solo puedes hacer varios jabones y ver cuál es tu combinación favorita.


Una duda que muchas personas me preguntan es si estos jabones limpian bien. Y sí, limpian. Pero si quieres un jabón más cremoso o que dure más tiempo en la ducha, puedes añadir manteca de karité o aceite de ricino en pequeñas cantidades, mezclado en la glicerina.


El secado es clave. Aunque no necesitas curar por semanas como en los jabones con sosa, sí es importante dejar que se enfríen por completo antes de usarlos o empacarlos. Así se evita la sudoración o que se pongan pegajosos.


Una vez que tuve dominada esta técnica, empecé a crear mis propios sets de regalo. Jabones florales, exfoliantes, relajantes… y eso me ayudó a empezar a vender sin tener que invertir mucho dinero al inicio. Solo necesitaba creatividad y ganas.


Para que mis jabones destacaran, aprendí a empaquetarlos con una imagen profesional. Papel kraft, etiquetas hechas en Canva y bolsitas transparentes con una cinta bonita. Todo eso marcó la diferencia cuando comencé a ofrecerlos en ferias y redes sociales.


Y si te preguntas si este tipo de jabones tienen demanda, la respuesta es sí. Mucha gente busca productos naturales, seguros, artesanales y con propósito. Lo más importante es comenzar. Con práctica, puedes crecer mucho más. Y si quieres aprender desde la base, este curso te lo enseña todo con claridad y sin complicaciones.

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