La Guía Completa para Empezar un Negocio de Jabones Artesanales
Empezar un negocio desde casa puede parecer abrumador, especialmente si no tienes experiencia previa. Pero quiero contarte cómo yo comencé mi negocio de jabones artesanales sin saber nada, y cómo tú también puedes hacerlo paso a paso, sin complicarte y sin gastar miles.
Todo comenzó con una simple curiosidad: hacer mis propios jabones naturales. Al principio solo los quería para uso personal. Pero poco a poco, amigos y familiares empezaron a pedirme que les vendiera. Y sin darme cuenta, nació una idea de negocio que hoy me da ingresos desde casa.

Table of Contents
Por qué un negocio de jabones artesanales?
Primero: porque es un producto útil. Todo el mundo necesita jabón.
Segundo: porque hay una demanda creciente por productos naturales, sin químicos ni sulfatos, hechos a mano y con amor.
Y tercero: porque puedes empezar con muy poca inversión, especialmente si tienes la guía adecuada.
Este fue el curso que me enseñó todo paso a paso, desde cero
Paso 1: Aprende a hacer jabones de calidad
Tu producto es la base del negocio. Yo no sabía nada sobre aceites, sosa, trazas ni moldes. Pero en cuanto tomé el curso, entendí cómo hacer jabones seguros, equilibrados y atractivos para el mercado.
No necesitas ser experta, pero sí debes aprender lo esencial: recetas, proporciones, curado, PH, y sobre todo, seguridad al manipular ingredientes.
Paso 2: Encuentra tu estilo y tu cliente ideal
Al principio, hacía todos los jabones iguales. Pero luego me di cuenta de que podía destacar si me enfocaba en un estilo. Por ejemplo:
- Jabones para piel sensible
- Jabones relajantes con lavanda
- Jabones exfoliantes con avena y café
- Jabones con ingredientes veganos
Esto me ayudó a definir mi marca y atraer a mi público ideal.
Paso 3: Crea una imagen profesional (aunque estés empezando)
La presentación lo es todo. Aprendí a crear empaques sencillos, pero bonitos. Etiquetas con ingredientes claros. Fotos con buena luz. Todo eso lo aprendí dentro del curso también.
Un jabón artesanal puede costar $3 o $10, dependiendo de cómo lo presentes y a quién se lo vendas.
Paso 4: Empieza vendiendo cerca
Mis primeros clientes fueron personas cercanas: familia, amigas, compañeras de trabajo. De ahí pasé a vender por WhatsApp e Instagram. La clave fue crear confianza y mostrar que el producto era natural y hecho a mano.
Puedes empezar con muestras, promociones, y un perfil simple pero claro en redes.
Paso 5: Calcula tus costos y precios
Una parte clave de cualquier negocio es entender tus números. Con el curso, aprendí a calcular el costo real de cada jabón (ingredientes, empaque, tiempo) y cómo fijar un precio justo que me diera ganancia sin perder clientes.
Te sorprendería lo rentable que puede ser este negocio si aprendes a organizarlo bien.
Paso 6: Haz crecer tu marca con tiempo y paciencia
Esto no es de la noche a la mañana. Pero con cada lote, cada venta, y cada cliente satisfecho, fui creciendo. Empecé a recibir pedidos mayores, regalos corporativos y hasta jabones personalizados para bodas.
Si lo haces con amor, la gente lo nota y lo recomienda.
Lo que marcó la diferencia: tener una guía clara
Cuando decidí que esto no solo era un hobby, busqué una guía profesional. Y encontré un curso completo que me enseñó desde la parte práctica (hacer el jabón) hasta la parte comercial (cómo venderlo bien).
Este es el curso que me ayudó a convertir mi hobby en un negocio
Cuánto se puede ganar?
Depende de ti. Hay quienes venden 10 jabones al mes, y quienes hacen 100 o más. Yo empecé ganando $50 al mes, luego $200, y hoy tengo un ingreso fijo que sigue creciendo.
Lo importante es crear un producto de calidad, construir confianza y aprender sobre ventas y presentación.
Conclusión: Sí se puede empezar un negocio desde cero
Si tú también sueñas con emprender, tener más independencia o crear algo con tus propias manos, el negocio de los jabones artesanales es una excelente opción.
No necesitas experiencia, solo necesitas empezar con intención y una buena guía.
Aquí puedes dar el primer paso, como lo hice yo
Una de las cosas que más me ayudó a avanzar fue organizarme como si ya tuviera un negocio real, aunque apenas estaba empezando. Creé una pequeña agenda para anotar los pedidos, costos, ideas de nuevas recetas y comentarios de los clientes. Eso me dio claridad y me hizo sentir más profesional desde el principio.
También me funcionó mucho crear un pequeño catálogo digital. Usé fotos simples con buena luz y descripciones claras. No necesitas tener una cámara profesional, solo mostrar bien tu producto, explicar para qué tipo de piel sirve y qué lo hace diferente. Eso generó confianza en quienes me compraban.
Otro punto clave fue escuchar a mis clientas. Muchas me decían que querían jabones sin aroma, otros me pedían más espuma, algunas querían empaques reciclables. Todo eso me permitió mejorar cada lote y ofrecer exactamente lo que el mercado buscaba.
Si estás pensando en vender online, considera empezar por Instagram y Facebook. Son plataformas visuales que te permiten mostrar tu trabajo, interactuar con posibles compradores y compartir el proceso de fabricación, lo cual genera conexión real con tu audiencia.
Aprendí que el empaque cuenta tanto como el jabón en sí. Puedes tener un excelente producto, pero si lo entregas sin etiqueta o presentación, el cliente tal vez no vuelva. Un buen empaque no tiene que ser caro, solo tiene que reflejar cuidado, higiene y cariño.
Otro consejo que me cambió la mentalidad fue entender que este no es solo un producto: es una experiencia. Vender un jabón artesanal hecho a mano es ofrecer bienestar, autocuidado y salud. Eso es lo que deberías comunicar cuando promueves tu marca.
Cuando empecé, pensé que sería difícil conseguir clientes, pero entendí que mucha gente está buscando opciones naturales, hechas con ingredientes reales. Cada vez hay más conciencia sobre lo que usamos en la piel, y tú puedes cubrir esa necesidad con tus creaciones.
Además, hay un mercado especial para regalos personalizados. En fechas como Navidad, Día de las Madres o San Valentín, los jabones artesanales se convierten en detalles perfectos. Si sabes cómo presentarlos, puedes vender más en esos momentos clave del año.
Otro tema importante que aprendí fue sobre certificaciones e higiene. El curso me enseñó lo básico para trabajar de manera limpia, legal y con responsabilidad. Eso me dio seguridad al vender, sabiendo que estaba haciendo las cosas bien.
El miedo más común es fallar en el primer intento, pero déjame decirte algo: todos cometemos errores al principio. Lo importante es aprender, ajustar y volver a intentarlo. Cada lote que hagas te enseñará algo nuevo y te acercará más a la perfección.
Con el tiempo descubrí que este negocio también me dio algo más valioso que el dinero: confianza en mí misma. Empecé dudando, y hoy me siento orgullosa de tener algo propio, creado con mis manos, que otros valoran y compran.
Si estás lista para dar el paso, te recomiendo empezar como yo lo hice: con una guía clara, práctica, accesible, y en tu idioma.
Haz clic aquí para ver el curso que me llevó de principiante a emprendedora