Qué Necesitas para Hacer Jabones Artesanales en Casa (Lista Básica)
Cuando decidí hacer mis propios jabones artesanales en casa, no tenía ni idea de qué se necesitaba. Me sentía abrumada por tantos términos y materiales que veía en internet. Pero con el tiempo aprendí que no hace falta tener un laboratorio ni una cocina profesional para empezar.
Solo necesitas los materiales esenciales, una buena guía, y las ganas de aprender. Y eso es lo que quiero compartir hoy contigo: la lista básica que yo misma usé cuando comencé.
Este es el curso que me ayudó a entender todo paso a paso

Table of Contents
1. Aceites base (vegetales y naturales)
Tu jabón necesita aceites, y lo ideal es empezar con los más comunes y accesibles:
- Aceite de coco: da espuma y limpieza
- Aceite de oliva: suaviza e hidrata
- Aceite de ricino o girasol: aporta cremosidad
Yo comencé con solo dos aceites, y fue suficiente para mi primer lote.
2. Sosa cáustica (hidróxido de sodio)
Este ingrediente puede asustar al principio, pero es necesario para que ocurra la saponificación, el proceso químico que convierte el aceite en jabón.
Lo importante es manipularla con cuidado: siempre usar guantes, lentes de protección y trabajar en un lugar ventilado. En el curso que tomé aprendí exactamente cómo hacerlo sin riesgos.
Aquí puedes aprender a trabajar con seguridad y confianza
3. Agua destilada
No uses agua del grifo. El agua destilada evita impurezas y asegura que el jabón tenga una textura uniforme.
Yo compré un galón en la farmacia por menos de $2 y me duró para varios lotes.
4. Un recipiente resistente al calor
Idealmente uno de acero inoxidable o de vidrio grueso (tipo pyrex). Aquí es donde se mezclará la sosa con el agua. Nunca uses aluminio, ya que reacciona con la sosa.
5. Termómetro
Sí, al principio pensé que esto era demasiado, pero es crucial para medir la temperatura de los aceites y la mezcla de sosa. Ambas deben estar a una temperatura similar antes de juntarlas.
Puedes encontrar termómetros digitales económicos en tiendas online o farmacias.
6. Batidora de mano (minipimer o mixer)
Aunque puedes mezclar a mano, te advierto: tardarás muchísimo. Yo lo intenté así y fue agotador. Una batidora de mano acelera la traza (el punto en que la mezcla se vuelve jabón) y hace el proceso más limpio y parejo.
7. Moldes
Puedes usar moldes de silicona, de madera forrada con papel encerado, o incluso reciclar cajas de leche vacías.
Yo usé una cajita de cartón en mi primer intento y funcionó perfecto.
8. Espátula de silicona o cuchara de madera
Para mezclar y vaciar la mezcla en los moldes. Evita utensilios de metal o plástico fino que puedan reaccionar o derretirse.
9. Guantes, lentes y mascarilla
Esto es para protegerte al manipular la sosa cáustica. Nunca hagas este paso sin protección. La seguridad es clave.
El curso que tomé explica cada medida paso a paso
10. Ingredientes opcionales (pero divertidos)
- Aceites esenciales: para dar aroma (yo empecé con lavanda)
- Colorantes naturales: como cúrcuma, arcilla o carbón activado
- Exfoliantes suaves: como avena, café o semillas
Estos no son obligatorios, pero te permiten jugar y personalizar tus creaciones.
11. Toalla vieja o caja de cartón
Después de verter el jabón en los moldes, hay que taparlo para mantener el calor durante las primeras 24h. Yo usé una toalla vieja y una caja, y funcionó perfecto.
Conclusión: Empezar es más fácil de lo que parece
No necesitas gastar mucho ni saber química. Solo necesitas los elementos básicos, seguir los pasos correctamente, y tener la actitud de aprender. Yo empecé desde cero, y ahora hago jabones para mi familia, para vender, y para disfrutar.
Aquí fue donde aprendí todo lo que necesitaba para comenzar bien
Si estás lista para hacer tu primer jabón artesanal, esta lista te dará el impulso que necesitas.
Algo que me dio tranquilidad fue saber que no necesitaba comprar todo de golpe. Al principio, solo compré lo esencial: la sosa, un aceite vegetal, agua destilada y un molde sencillo. Con eso fue suficiente para mi primer lote. Luego, poco a poco, fui añadiendo ingredientes más creativos.
Una ventaja enorme de hacer jabones artesanales es que puedes reutilizar cosas que ya tienes en casa. Por ejemplo, yo usé una batidora que tenía guardada, y mis primeros moldes fueron cajas limpias de cartón de leche. Lo importante es ser práctica y creativa, sin gastar de más.
Con el tiempo, entendí que cada ingrediente tiene su propósito. El aceite de coco limpia, pero reseca un poco. El de oliva hidrata, pero hace menos espuma. Por eso es clave entender el equilibrio. Aprendí esto dentro del curso y me ayudó a crear fórmulas más balanceadas y efectivas.
Algo que casi nadie dice al principio es que no todos los aceites sirven para hacer jabón. Yo pensaba que cualquier aceite funcionaba, pero hay algunos que no aportan buenos beneficios o no reaccionan bien con la sosa. Por eso es importante tener una guía confiable.
Este curso fue mi guía segura y paso a paso
Otra cosa que me ayudó fue entender la importancia del curado. Una vez que haces el jabón y lo desmoldas, no puedes usarlo inmediatamente. Hay que dejarlo reposar de 4 a 6 semanas para que se seque bien y el PH se regule. Esto marca la diferencia entre un jabón suave y uno que irrita.
Muchas personas me han preguntado si se puede hacer jabón sin sosa. La respuesta es no… si quieres hacer jabón real. Puedes usar bases de glicerina ya hechas, pero no es lo mismo. La saponificación natural requiere sosa, y si la usas bien, no queda nada de ella en el producto final.
Yo tenía miedo de usar sosa, pero con las medidas correctas de seguridad, nunca he tenido un problema. Guantes, gafas y trabajar con calma es suficiente. No dejes que eso te frene. Una vez que entiendes el proceso, se vuelve hasta relajante.
Cuando hice mi primer jabón, no me salió perfecto. Tenía burbujas, se partió un poco, y no olía tan fuerte como esperaba. Pero lo importante fue que funcionó, y aprendí. Cada intento te da experiencia y confianza. Y poco a poco, los resultados mejoran muchísimo.
Una parte divertida de hacer jabón es que puedes personalizarlo según la ocasión. He hecho jabones con formas de corazón para regalar, con café para exfoliar, o con lavanda para relajar. Esto te da una ventaja si luego decides venderlos o regalarlos.
Hacer jabones también me ha conectado más con lo natural. Empecé a interesarme en aceites esenciales, en plantas con propiedades curativas, y en cómo evitar químicos innecesarios en el cuerpo. Este proceso se volvió un estilo de vida saludable y consciente.
Y si algún día decides vender tus jabones, todo lo que estás aprendiendo desde casa te dará una base profesional. Saber qué usas, cómo lo haces y por qué lo haces es lo que enamora a tus futuros clientes. No se trata solo de vender: se trata de ofrecer valor.
Si estás lista para comenzar este hermoso camino como yo lo hice, te recomiendo de corazón la guía que cambió todo para mí.
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